La Cuarta Transformación está en marcha, en Campeche, Layda Sansores y su gabinete imponen la mordaza al periodismo libre; disfrazada de justicia se fragua una silenciosa amenaza contra la libertad de expresión, que podría marcar un antes y un después en el ejercicio del periodismo libre.
Con el pretexto de combatir la ’incitación al odio’, el Poder Judicial vinculó a proceso al periodista Jorge Luis González Valdés y al representante legal de Organización Editorial del Sureste, periodista y medio de comunicación que han sido críticos del gobierno de Layda Sansores.
A ambos se les impuso, además, la prohibición de ejercer el periodismo y de emitir críticas hacia la gobernadora.
Vaya pensamiento fascista de Layda Sansores y sus lacayos.
No olvidemos que la llamada Ley Sheinbaum, busca centralizar las telecomunicaciones en manos del Ejecutivo, hasta los vacíos legales que permiten criminalizar el ejercicio periodístico, mediante figuras penales ambiguas, esto podría ser el inicio de una progresión en contra de la prensa libre que ya se ha iniciado en Campeche y en el estado de Puebla.
En Puebla el Congreso aprobó por mayoría la llamada “ley del ciberasedio”, con adhesiones al Código Penal del Estado; no obstante, el llamado que hicieron organizaciones civiles para advertir que la iniciativa podría ser usada para violentar derechos de libre expresión de la ciudadanía, de periodistas y medios de comunicación.
Aunque ahora las autoridades dicen que se abrirán foros para que se entienda la aprobación de la “ley de ciberasedio”, es evidente el fin que se persigue que es silenciar a los medios críticos.
La “ley del ciberasedio” viene a ser lo que en 2017 en Venezuela se aprobó como “Ley contra el odio”, la cual ha sido utilizada allá para clausurar medios, censurar redes sociales y encarcelar a periodistas. En Nicaragua, leyes como la de “Ciberdelitos” aprobada en 2020 y la de “Agentes Extranjeros” han servido para judicializar la opinión crítica y desmantelar la prensa independiente. En Hungría, Viktor Orbán reformó el sistema mediático para colocar a la mayoría de los medios bajo control estatal, o de aliados empresariales, lo cual consolidó la autocensura.
Lo que sucede en Puebla y Campeche respecto a las leyes que están aprobando Morena y sus aliados, para limitar la libre expresión de los medios de comunicación no debemos verlo con ligereza.
Me viene a la mente el famoso poema, “Y por mi vinieron” atribuido a Bertolt Brecht, pero que fue realmente creado por el pastor protestante alemán Martin Niemöller, pero que, por cuestiones del destino, y sobre todo en lengua castellana, se atribuyó al genial dramaturgo alemán.
El poema “Y por mi vinieron” es el siguiente:
“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí, no había nadie más que pudiera protestar.”
No es momento de guardar silencio por parte del pueblo democrático y principalmente, por el periodismo libre mexicano.
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