Ante esta propuesta quedo plenamente convencido que nuestros compañeros buscan el verdadero respaldo a las compañeras, fortaleciendo su seguridad en el desempeño de sus actividades periodísticas.
También estoy plenamente convencido que la legislatura mexiquense, intervendrá para llevar a buen término esa propuesta.
En contraparte, mi azoro se agiganta, al conocer la triste realidad por la que atraviezan los compañeros, algunos en activo y algunos más en proceso de retiro.
Es triste esa realidad, donde no se cuenta con un seguro médico y mucho menos un seguro económico, que permita a las y los periodistas en retiro, garantizar al menos una senectud tranquila, con servicios médicos e ingresos económicos que garanticen un retiro digno.
Y aclaro, no se habla de una senectud desahogada en lo económico; simplemente se habla de garantizar un ingreso suficiente para recibir dignos servicios médicos y alimenticios.
Para nadie es desconocido el saber que la salud física merma al paso del tiempo y se vulnera más fácilmente.
Esto no es ajeno y ejemplo de ello, es que al menos en el Estado de México un 69 por ciento de los hacedores de noticias, ya son adultos mayores.
Adultos que rebasan los 65 años de edad y que no cuentan con seguro médico, ni tampoco en muchos de los casos, garantizan una vida digna en el periodo del retiro. Un tema real, que la mayoría omite tomarlo en cuenta.
Y para corroborar está información recientemente, en Zona Oriente se registraron tres casos que generan reflexión.
El primero de ellos fue el reportero gráfico que recibió un disparo en el abdomen al desempeñar sus funciones informativas.
El segundo de ellos, reconocido locutor mexiquense quien debido a una caída paulatinamente perdió la vista en uno de sus ojos.
Y la tercera de ellos, una compañera editora de medio regional impreso, quien es víctima de cáncer de mama, en los tres casos no cuentan con seguridad médica y como toda convalecencia, es costosa.
Lo bueno de esto es que es el momento adecuado para la reflexión, análisis y desmenuzar objetivamente una propuesta de ley que garantice dignamente el retiro de esos compañeros y compañeras que entregaron su vida al quehacer periodístico.
Sean felices y nos leemos en la próxima.
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