Es más que evidente la lucha intestina que se ha generado al interior del Movimiento de Regeneración Nacional, los funcionarios serviles que siguieron atendiendo órdenes del expresidente, fueron elementos que empezaron a causar el desmoronamiento de ese joven partido político, varios de ellos ahora son acusados de ser parte del crimen organizado.
Quizá Morena exista como un partido competitivo dos periodos de gobierno, 12 años, contrariamente a lo sucedido con el Partido de la Revolución Democrática, PRD.
El Partido de la Revolución Democrática se fundó en 1989 y fue un partido competitivo en México durante varias décadas. El PRD participó en elecciones presidenciales entre 1988 y 2018, y fue un actor central en el proceso de cambio político en México.
Recordemos que de 1988-2012, el PRD fue un partido competitivo y contendiente en varias elecciones presidenciales, alcanzando el segundo lugar en algunas de ellas.
En 2018, el PRD experimentó un declive en su popularidad y perdió competitividad debido a cambios en el panorama político mexicano y al realineamiento de los votantes y, aunque no se menciona específicamente cuándo las "tribus" acabaron con el partido, las divisiones internas y conflictos entre las “tribus” afectaron al PRD en sus últimos años, el PRD fue un partido competitivo durante aproximadamente tres décadas.
Fue público el desprecio que mostraron Mario Delgado, Citlali Hernández, Ricardo Monreal, Rocío Nahle, Marcelo Ebrard y Andy López Beltrán para con la presidenta Claudia Sheinbaum en marzo, cuando ninguno de ellos volteo para saludarla; más que el mitin, la nota para los medios de comunicación fue el desprecio de esos líderes por la presidenta.
Como dije al principio ahora varios de ellos están acusados de corrupción, lavado de dinero, uso indebido de recursos públicos, de vacacionar en lugares lujosos, información que se ha ido acumulando y que se ha rumorado que tiene origen en Palacio Nacional.
Hace tiempo en este mismo espacio dije que un ritual no escrito es el que en nuevo mandatario rompe con el anterior, sí, con quien le heredó el poder; así fue en el PRI y el ritual continua su inexorable marcha en Morena, algunos mandatarios rompieron con su antecesor de manera casi inmediata, otros, esperaron un poco pero el ritual se llevó a cabo.
Claudia no lo dice pero esta marcando la ruta del ritual en el que principalmente pagarán sus culpas, quienes no entendieron la conseja de que el rey debe morir, para para que el nuevo rey ejerza el poder que da la Presidencia de México.
Me extraña de hombres que han vivido y se han enriquecido a la sombra de la política como es el caso de Ricardo Monreal, quien ahora incluso dice que luego de terminar su periodo en la Cámara, se retirará de la política; se les olvidó el principio de “Viva el rey, muera el rey”, principio que Monreal vivió en varias ocasiones y se disciplinó, ahora no entendió el gran poder de quien ejerce la Presidencia de México.
Jorge G. Castañeda, en la contraportada de su libro La Herencia, explica en pocas palabras el ritual que se ejerce desde la Presidencia de la República, ahí se dice:
“La sucesión presidencial mexicana desata toda clase de afanes y codicias descomunales por muchas razones, pero sobre todo por una; hay demasiado poder de por medio. La Presidencia de la República es, o ha sido, la oportunidad única de detentar todo el poder, en todo el país, todo el tiempo durante un sexenio.
Por ese poder -de decisión, de colocación, de enriquecimiento, de transformación, de figuración- bien vale la pena pelear, engañar, robar y matar, y en todo caso, conspirar sin tregua.
La única manera de refrenar las pasiones y los intereses en juego, sería limitando el poder en juego; logrando que no se justificaran ni se compensarán tanto empeño, tanto daño, tanta desesperación.
Mientras este no sea el caso, cualquier mecanismo alternativo arrojará las mismas consecuencias y desatará los mismos furores y delirios”.
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